domingo, 18 de diciembre de 2011

Semilla para el cambio


Slum en el barrio de Sigra (Banaras)

 Hace tres años conocimos a dos niñas maravillosas, Asha y Sunita, que vivían junto con otras familias bajo las ruinas de un antiguo mercado en el Main Road de Benarés. Sin las mas mínimas condiciones de higiene, las enfermedades de la piel se cebaban con ellas y con sus hermanos pequeños en cuanto llegaba el monzón. En varias ocasiones tuvimos que ir al hospital con alguno de los niños para que les recetaran algún medicamento que aliviara las erupciones y las extrañas enfermedades que aparecen en esa época del año. Siempre que pasaba esto, intentaba explicarle a la madre algunas normas de higiene para evitar más problemas, pero viviendo entre basura, los consejos que yo les pudiera dar servían de poco.

Tanto Asha como Sunita eran dos niñas muy inteligentes que habían aprendido algo de inglés en la calle, sin embargo no sabían leer ni escribir. David y yo pensamos seriamente en darles una educación e intentar que fueran a la escuela, pero necesitábamos que  alguna ONG se ocupara de ello desde Benarés mientras nosotros estábamos en España. Sin un intermediario fiable era muy difícil saber si realmente el dinero que queríamos enviarle a la familia iba a ser usado para escolarizarlas y no para otros fines.  No encontramos a las personas adecuadas y dejamos las cosas como estaban. En este nuevo viaje a la India, esa ONG que buscábamos ha venido a nosotros.


Recicladores de Sigra

Una noche de hace un par de semanas conocimos a María Bodelón, una joven española que vive en Benarés y que además de filología inglesa estudió Cooperación Internacional. Preocupada por la falta de escolarización de muchos niños que son obligados a trabajar para sus familias, decidió fundar una ONG que pusiera su granito de arena y así dar la oportunidad de estudiar al menos a algunos de ellos. Ese granito fue “Una semilla para el cambio”, el nombre de esta pequeña ONG que comenzó con 18 niños en la escuela y que dos años después ya tiene 72 niños escolarizados gracias al sistema de apadrinamiento, al ayuntamiento de La Coruña y varias organizaciones locales.

Con una cuota de18 euros al mes, los padrinos cubren las clases preparatorias, el colegio, uniforme y material escolar. Cada dos o tres meses les dan ropa de calle, dos veces por semana viene un médico y una vez al mes les llevan al dentista.


Clases preparatorias antes del colegio

María se enteró de que David es documentalista y de que habíamos presentado hacía unos días “Banaras Me” en Pandey Ghat y nos buscó para preguntarnos si podíamos echarle una mano. Necesitaba que le grabáramos algunas imágenes para mostrar en su web un nuevo proyecto llamado "Marina Silk"  enfocado a las madres de los niños. Le dijimos que sí no sólo por ayudarla, sino por conocer el trabajo de esta ONG por dentro.

Quedamos dos días después para ir a Sigra, un barrio residencial donde hay varias zonas de chabolas en las que viven recicladores de basura. La idea era grabar algunos planos del slum y a varias madres que forman parte del programa saliendo de sus casas hechas de plástico en dirección a la ONG.  En el trayecto en ricksaw María nos explicó que son 12 mujeres a las que se está enseñando a pintar pañuelos para después venderlos a través de su web. Las participantes son algunas de las madres de los niños escolarizados, que con este trabajo aprenden un oficio, normas de higiene, ganan algo de dinero y dejan de trabajar en la basura.

En el slum fuimos recibidos con alegría. Las madres nos enseñaron sus casas y a sus familias. La mayoría de ellas tienen entre cinco y siete hijos. En estas familias todos son analfabetos y todos se dedican a separar los plásticos para venderlos después. Viven entre montones de basura, sin agua corriente ni luz. Si ahora en invierno pasan frío, el monzón es mucho peor, porque sus casas se inundan y el barrio se llena de agua y fango.


Mujeres del programa "Marina Silk"

A pesar de las dificultades, estas mujeres tienen una dignidad asombrosa y una fuerza que te hace admirarlas y rendirte a ellas sin más. Las seguimos en su camino a la sede de “Semilla para el cambio” y después las grabamos pintando los pañuelos. Mientras ellas pintaban, sus hijos más pequeños jugaban en las aulas bajo los ojos atentos de otras madres que les cuidan.





María nos estuvo explicando que tanto con las madres como con los niños son muy estrictos en cuanto a la asistencia y al interés. Si fallan dos veces sin justificación, se les aparta del programa para darle la oportunidad sólo a aquellos que realmente quieren aprender. De hecho, antes de ir al colegio, los niños pasan por un periodo de varios meses en clases preparatorias. Si no hay regularidad ni progresos no son seleccionados para ir al colegio.

Después de esta visita y de ver con mis propios ojos el bien que están haciendo a tanta gente, nos decidimos a apadrinar a un niño.  Cuando se lo dije a María, me comentó que tardaría unos días en decidir quién sería, porque tienen unos 40 niños en clases preparatorias a la espera de un padrino, con lo cual había que elegir al niño/a que más esté progresando en los estudios.


Hena y compis de clase

Como estábamos en Benarés, hemos tenido la suerte de poder conocer a nuestra ahijada. Se llama Hena Shekh, tiene ocho años y es la penúltima de una familia musulmana de siete hermanos. Toda su familia se dedica a la recogida de papel y plásticos. Mientras sus hermanos trabajan en Benarés, su padre lo hace en otros pueblos, por lo que pasa varios días a la semana fuera de la “casa”. Viven en una chabola hecha a base de plásticos y la madre cocina en un hornillo de adobe con el agua que recoge cada día en una bomba pública.

En casa de la familia de Hena

Hena lleva en clases preparatorias desde agosto y a partir de abril ya podrá ir a la escuela. Aunque pueda parecer una cosa sin importancia, el hecho de saber que esta personita va a tener más oportunidades en la vida por nuestra pequeña aportación, me llena de felicidad. Si estáis interesados en saber más de esta ONG, en apadrinar o en comprar un panhuelo de seda, la página web es www.semillaparaelcambio.org.  También podéis escribirles a info@semillaparaelcambio.org.